FICO 2024

Detrás de los cerros y debajo del Pico de Orizaba, donde las nubes abrazan la tierra y los ríos cuentan antiguas historias, revive un guardián que conecta el pasado y el presente: un tótem que une la magia del Séptimo Arte con las raíces ancestrales de México. Así, en su tercera edición, el Festival Internacional de Cine de Orizaba (FICO) les invita a un viaje místico y audiovisual, donde el cine y la historia se entrelazan, homenajeando el sincretismo cultural de nuestro tiempo.

 

Inspirada en Tláloc, el dios mesoamericano de la lluvia y el agua, la imagen oficial del #FICO2024 es más que un simple símbolo. Es un guerrero cinematográfico, un tótem lleno de vida que rinde tributo tanto al cine como a nuestras raíces. Sus cuatro brazos representan el arte de hacer cine, al tiempo que evocan a Ganesha, dios de las artes y ciencias en la India, nuestro país invitado.

 

Este guardián tiene en sus manos una de las primeras cámaras de cine, a través de la cual se ofrendan al espectador las historias que compartimos con el mundo. Estas historias no son para entretener, sino para iluminar nuestro presente, proyectando sueños y realidades con las que conectamos con poderosas narrativas de vanguardia que alimentan nuestra imaginación. Nuestra advocación de Tláloc descansa sobre una cinta VHS, símbolo de una era que marcó un antes y un después en la historia de la distribución y el consumo del cine, mientras que su cuerpo está decorado con rollos de celuloide que envuelven sus muñecas y tobillos, el tocado en su cabeza tiene un ramillete de memorias USB, recordándonos la evolución de lo analógico a lo digital.

 

Pero nuestro tótem no solo mira al pasado. A los costados de su cabeza, dos lentes cinematográficos proyectan el ayer y el mañana, mientras sus aretes en forma de boletos de cine y gotas de lluvia subliman su idea de que el cine, como el agua, fluye incesante, nutriendo el alma y la memoria humana. Las gotas de lluvia que adornan su figura conectan la deidad con Orizaba, la "ciudad de las aguas alegres", un lugar donde la lluvia siempre ha sido un sello distintivo de fertilidad y vida.

 

Esta conexión entre Tláloc y Orizaba no es casual. En 2018, arqueólogos del INAH descubrieron un antiguo adoratorio prehispánico en las laderas del majestuoso Citlaltépetl. Al igual que el Monte Tláloc, este sitio sagrado fue un punto de observación astronómica y un lugar de ceremonias dedicadas a las deidades de la lluvia. Ahora, en 2024, revivimos esta conexión a través del FICO, donde la magia del cine rinde homenaje a la sabiduría que sigue latente en la profundidad de las Altas Montañas.

 

Los colores de nuestra imagen oficial representan las secciones principales del Festival, creando un vínculo visual entre la estética y la esencia de cada una. El azul turquesa simboliza las #Claridades, espacio dedicado a conferencias y conversatorios que iluminan nuestro conocimiento del cine; el verde representa #Variedades, que abarca las muestras internacionales invitadas con lo mejor en cortometrajes y largometrajes; el naranja corresponde a #FICORTOS, sección donde se proyectan los cortometrajes seleccionados en todas las categorías de nuestra convocatoria; y el amarillo da vida a la #Sonoroteca, dedicada a grandes joyas del cine musicalizadas en vivo. Estos colores no solo aportan dinamismo, sino que son un recordatorio de la diversidad y riqueza que caracterizan al Festival Internacional de Cine de Orizaba. La imagen fue realizada por el ilustrador Malostrazos, quien con maestría técnica y calidad estética sintetizó la idea que queremos transmitir. La esencia de nuestra ciudad, vinculada a su pasado original, con la historia de la evolución del cine. 

 

Nuestro guerrero cinematográfico más que una imagen, es un guardián eterno del cine. Un tótem que, como Tláloc, protege y comparte el flujo inagotable de historias. Así, en nuestra tercera edición, el FICO exalta el cine como el agua sagrada de Tláloc, simbolizando el flujo incesante de historias que nos unen y transforman. 

 

Porque en Orizaba, cuna de la exhibición cinematográfica en Veracruz,

¡la magia del cine revive, pervive y se vive!